Cuando alguna persona estornuda en la mayoría de países del continente americano, la primera reacción es decir: ¡salud!. En Canadá y Estados Unidos se acostumbra a decir: "God Bless You" (Dios te bendiga). Esta costumbre se extiende por todo el mundo con diversos significados, como por ejemplo en Japón, que estornudar dos veces seguidas es señal de que alguien está hablando de la persona que estornuda.
Existen varios mitos tales como que si el estornudo es lo suficientemente fuerte, nos podemos facturar alguna costilla o que el corazón se detiene una facción de segundo al momento del mismo, pero esto último es algo que no se ha podido comprobar.
El aire que sale a través del estornudo puede alcanzar la velocidad de 165km por hora, y a su vez, la saliva alcanza de 5 a 6 metros de distancia.
Existen diversas teorías del porqué de esta costumbre. En la antigüedad los seres humanos creían que el alma estaba alojada en la cabeza y que por medio del estornudo, ésta podría salir. Esto se pensaba porque en La Biblia existe un versículo donde se afirma que Jacob estornudó y le pidió ayuda a Dios para que éste no muriese.
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Otra teoría afirma que la costumbre de exclamar ¡Salud! comenzó en la edad media, allá por el año 590 d.c., cuando la peste comenzada a azotar Europa. Para combatir la peste, el papa Gregorio Magno (540-604) ordenó procesiones y plegarías constantes para todo aquél que hiciera este acto reflejo. La persona que fuera sorprendida estornudando, inmediatamente debía ser denunciada mediante la exclamación ¡Salud!. Esto funcionaba para bendecir el lugar y evitar la propagación de la peste.
En muchas ocasiones se pueden ver luces blancas después de estornudar. Esto ocurre por el aumento de la presión intraocular.
Hoy día el estornudo no es sinónimo de que la persona vaya a morir, sino un símbolo de cortesía para desearle buena ¡salud!
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